TERCERA ENTREGA
Me siento muy complacido de publicar nuestra
tercera entrega del Taller de Creación Literaria de Zipaquirá. Por medio de los
siguientes textos se hace evidente la particularidad poética y narrativa de
cada escritor, en su singularidad todos contribuyen con especial delicadeza a
esculpir un lenguaje propio, desearía detenerme a describir las atmosferas
narrativas que permiten el viaje mental y las emociones que evocan, pero este acto conllevaría a irrespetar la estética receptiva del lector. Me conformaré con
invitarlos a saborear en el pensamiento estos universos creativos.
LETARGO
Aunque he llegado demasiado pronto,
aunque el silencio me acompaña,
aunque la oscuridad me rinda corte,
no lograre mi cometido,
más mano fría y todas sus falanges,
mi rostro pálido, mis pasos
vacíos no lograron tomarte,
te encontré un poco absorta,
susurrando un mantra,
escribiendo con lágrimas de
sangre en lugar de tinta,
te encontré somnolienta,
con las manos desgarradas,
una idea enraizada en el tintero,
Un poema nacido por cesárea
sobre un pergamino desgastado….
hoy no será el viaje que tenía
planeado contigo,
por hoy dejaré la guadaña y la
calavera en el desván,
hoy llorare contigo,
y vivirás un día más….mi amada poeta
Mario Javier Rincón
ENSOÑACIÓN
Todo fue tristeza esa tarde, después de llevar al
cementerio a nuestro amigo Pascual, nos reunimos con unos amigos en el parque,
a evocar tantas cosas que habíamos compartido desde la juventud, cuando
creíamos que la vida era eterna.
Ahora
con la convicción de que la muerte es el comienzo de la inmortalidad, crucé el
parque principal, me detuve un momento en una vitrina, donde estaba posada
tranquila una mosca y sólo le dije: la vida es un dulce sueño, trate de no
despertar
Anita de Mora
EL REVOLETEO NO PARA.
Sus pasos eran una pasión
frustrada, no dejaban marcas en el piso mojado y sus fríos ojos de mosca me
miraban a diferencia de los míos que en realidad, no soportaba mirarlo, ni
siquiera cuando las uvas para el vino me envenenaban en medio de nuestras
inconexas conversaciones que al final, eran una fútil escarcha al amanecer, se
apagaban como el cigarrillo en el balcón, junto al tinto que solía preparar,
tan malo y tan claro que carecía de sabor, como yo, él y todo el vacío.
Sofía
Cárdenas
REGRESIÓN
Como
de costumbre se acostó a las 9:30 PM, empezó
a soñar que recorría la parte vieja del Hospital San Juan de Dios de Zipaquirá;
observó la vieja carreta que transportaba a las monjas de la caridad y era
conducida por el Señor Herrera; sintió como sus pulmones se llenaban de
deliciosos aromas de las flores que estaban en los hermosos jardines del
sanatorio.
En
un instante, se vio en la sala de operaciones, tendida boca abajo en la mesa de
cirugía, miraba como le extirpaban unos quistes de los pulmones. Oyó cuando el
galeno dijo.” Está perdiendo mucha sangre, entró en paro; se nos va”. Ella no
quería morir, luchaba contra esa señora elegante, blanca y de rasgos finos que
le halaba de su pequeña mano.
De
pronto, un sobresalto la despertó y se dio cuenta que estaba de nuevo en su
cama empapada de sudor, no se podía mover y con un cansancio como si hubiese
trabajado todo un año sin descansar.
Jackelin Alfaro
EL DISFRAZ
Nunca fui tan feliz como cuando me puse el disfraz de la imaginación
Era un día de fiesta en la escuela, en el patio de atrás sobre la tarima se veían adornos en papel realizados por las estudiantes de todos los cursos, y sobre las paredes blancas resaltaban las bombas de diferentes colores. Entre todas las niñas se había recolectado dinero para el ponqué, gaseosa y algunas golosinas para festejar a las profesoras en su día.
Entre las
actividades figuraba la Guabina
Chiquinquireña a cargo de mi curso, sin embargo, una de las bailarinas no pudo
asistir, probablemente, estaba enferma y había que reemplazarla, las organizadoras preguntaron ¿quién podría bailar?
¿y
si tendría un disfraz para esto?-
No sé en que estaría pensando cuando se
me ocurrió ofrecerme y corriendo fui a traer
un vestido y unos tacones de mi mamá, imaginando que con esto bastaría. Por la
premura del tiempo no hubo ensayo conmigo; - las compañeras de curso confiaron
en mi buen juicio - y una vez nos
llamaron a presentarnos salimos a la tarima, yo, con un vestido que para nada
era típico campesino y con unos zapatos que al quedarme tan grandes al momento
de empezar el baile volaron por los aires. Todas miraban aterradas! luego furiosas!, se notaba que me querían
matar; pues no podía coordinar al compás de
la música, -definitivamente por mi culpa todo fue un fracaso-. A la
salida mis enojadas compañeras a punta
de empujones y jalones de pelo me
acompañaron hasta la casa, o casi hasta la casa porque en un sobre esfuerzo logre
zafarme y echarme a correr. Por lo anterior tomé la determinación de no volver
más a la escuela, por lo que mentí a mi madre, diciéndole, que nuevamente los
maestros estaban en paro dedicándome a escuchar
radionovelas y a leer los cuentos que
alquilaba o compraba en la cuentería del barrio; hasta que un día escuché en las
aventuras del príncipe Arandú como éste le decía a su subalterno:_
Tendrás que poner la cara, no siempre podrás esconderte.- y llegué a la
conclusión, que él tendría razón por lo que al siguiente día regresé a la escuela, para mi asombro, nadie parecía recordar nada de lo ocurrido.
Llegó el último día de clases y la
maestra me llamó al frente, pensé que tal vez
me diría que había perdido el año o me regañaría por aquel suceso, sin
embargo me tranquilicé cuando me sonrió
y me entregó un libro en el que en su portada aparecía el coliseo Romano con el
título ¿Quo Vadis Domine? Y en cuya primera página se puede leer con
gran satisfacción: ¡Felicitaciones ! con
cariño de tu profesora Teresa Pulecio Fandiño.
Blanca Cecilia Arce
STALIINI
AMADERADO
No haber enviado esa carta era lo único que deseaba, quería no haberla enviado y eso es lo que haría, la robaría, y así ella jamás se podría enterar, pero como lo haría, no tenía la más mínima idea, si fue capaz de escribirle al amor de su vida, Rosemerta la que fue la más bella y astuta de su clase, el amor de su vida al que jamás fue capaz de decirle te amo. A pesar de que ya era algo pasado de edad quería intentarlo, se arrepentía de haber enviado aquella carta con olor a él , con su Stalini amaderado, la loción más cara que había tenido en su vida, se puso la ropa con la que pensó que no lo reconocerían una que jamás había usado, jeans que se los había dado su nieto pero jamás se los colocaba, estaban rotos y se preguntaba cómo era posible que los usaran así, el resto era ropa que jamás había visto que tenía, utilizo un pasamontañas y fue por el arma que había comprado hacía mucho, pensó que era para cazar pero al parecer era muy estúpido y no se había dado cuenta que no servía para eso, fue a la oficina de correos donde estaba la carta y se preguntó cómo podía tener la valentía de robar una carta pero jamás de poder decirle te amo .
Juan Pablo
Banoy
EL ESPEJO
MÁGICO
Me desperté muy
temprano, como de costumbre sin despertador. Pasé al cuarto de baño, me vestí
con la mejor ropa del armario y antes de salir a mi rutina del confinamiento,
me paré frente al espejo, una luna de cuerpo entero. Sentí un leve dolor de
cabeza y una visión deformada. Me veía desnudo, al entrar en detalle, mis dos
lóbulos cerebrales, el corazón trabajando como una bomba impelente expelente,
mis intestinos, mis gónadas y el miembro viril. Los músculos completamente
desnudos, estaba semiinconsciente.
Volví a mi cerebro pero al mismo tiempo divisé las calles de la ciudad. Carros grandes y pequeños, personas de diferentes características, los edificios, las avenidas. Como estaba concentrado en mi cabeza, observé un cenáculo en donde hacían las leyes, se veía todo transparente, limpio, pulcro. Mi vista atravesaba las paredes de los apartamentos, una armonía de familias, sin violencia contra las mujeres ni contra los niños.
El horizonte me mostraba las instituciones, el ejército, la policía, el clero, el magisterio. Todos en sus quehaceres del día, respetando a los superiores, a los infantes y a las féminas, no tenían armas, solamente libros y cuadernos de notas repasando sus obligaciones y acopiando literatura.
Alcanzaba también a escuchar a través del espejo. No se oían ofensas de la oposición contra el gobierno y éste declaraba dejar el salario de sus funcionarios para la gente pobre, para la más necesitada. Todos los dineros permanecían intactos, excelente atención en los servicios de salud; en la escuelas y universidades los profesores se entregaban con gran afecto a sus educandos, desprendiéndose de todo su conocimiento para transmitirlo a ellos.
Bajé un poco mi mirada hacia el espejo. Mi corazón recibía comunicación de otros corazones, todos buenos, ninguno quería hacerle daño a nadie. Seguí recorriendo mi cuerpo. Mi estómago está saturado, yo, satisfecho, pero la luna fría de cristal me mostraba toda una población sin hambre, de aspecto rozagante.
Le pedí al espejo y a Dios que me permitiera ver mi alma, en ese momento el profesor de literatura me pidió que le entregara la tarea sobre esta fantasía como parte del taller de creación de ficción.
José Antonio Pulido
UNA GOTA DE LLUVIA
Hubo una vez un
libro seco
y amargado, nada
le agradaba;
pasaba sus días
tristes y sombríos
sin que para él
tuvieran sentido alguno.
los días pasaban
y el sequía
mas triste y
amargado, así mismo sus hojas se iban secando poco a poco.
solo descansaba
cuando alguien
leía sus páginas
y saboreaba sus secretos.
pero un día
mientras llovía
quiso sentir un
poco la brisa de afuera así que
salto del estante
donde estaba con los otros libros y al abrir la ventana, sintió que una pequeña
gota de agua había entrado dentro de él.
Mejor volvió a su
lugar pero aquella pequeña gota que esperaba que se disolviera rápidamente
Se quedó a vivir
dentro de él; refrescándole todos sus días. Pronto la amargura se apaciguó porque
aquella gota recorría
diariamente todo
su cuerpo de principio a fin.
Andrea Garzón
Maravilloso lo que hacen con las palabras, me transportan entre sueños mágicos y notas de colores.😊
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