Entrega # 13
Plato de cuatro puntas
Mariela despertó a las 4 am, abrió la cortina, nunca lo hacía a esa hora. A través de la ventana vio una nube en forma de cuadrado perfecto con las cuatro puntas dobladas. En ese momento recordó que debía armar 44 tamales para el medio día. Toda la mañana trabajó y terminó su tarea a la hora exacta, cuando su clienta abrió un tamal de allí salió espuma en forma de nube que se diluyó en el aire hasta llegar al cielo.
Sublimes montañas
Sublimes montañas elevadas
Con tus árboles llenos de hojas
Que nos envían su aire
Puro y bueno
Sublimes nobles y magníficas
Donde habitan aves
Vestidas de bellas plumas
Que adornan nuestra
Majestuosa tierra.
Que cada día la bajeza
De la humanidad mediocre
No tiene sentimientos de cuidarla
Niños y niñas estudien y analicen
La superioridad de nuestra naturaleza
y sus cualidades
Así será sublime la solución
Y tendrán esperanza
De vivir en esta tierra
Para disfrutarla con amor sublime
Felicidad en nuestras vidas
Para luego gozar de una
Eternidad feliz.
Carmenza Vanegas
Fe, Amor, Paz, Ilusión, Fuerza, Entereza, Creatividad, Compasión, Felicidad… DESDE EL TODO DENTRO DE TI…
La sombra del sombrero
Abrí mis ojos y sentí el sol quemando mi rostro,
la arena ardiendo en mi piel,
mis labios secos como las hojas que caen de los árboles,
hallé sombra en un sombrero que mis ojos nublados
siguieron desde aquel día que desperté en este desierto;
sombrero de mal aspecto, que me sumerge en este mar de lágrimas
haciéndome invisible para las personas que buscan mis pasos
deseando encontrar a aquel que un día desapareció.
María Rodríguez Rincón
La espuma y la bruma purgó el pueblo
La crónica de Mosquera, con respecto al río, siempre tuvo una realidad, la que contaba el loco del pueblo, siempre desde la plazoleta central, siempre gritando:
—“Viene la bruma y la espuma, que limpia las almas inmundas”—
Esa noche pase por el río, que a la distancia era como un espejo, reflejaba ciertamente una incoherencia, por las orillas una extraña bruma anuncia algún suceso.
Seguí rumbo a casa, cuando el loco tropezó a mis espaldas, al darnos la vuelta me dijo: —“Viene la bruma y la espuma que purga el pueblo”— pensé ¿qué tunearías son estas que me causa escaramucea?
El loco del pueblo esta noche no dormiría, bajo la estatua del Conquistador de Mosquera, como lo hacía todas las noches, aquella noche él no contó las estrellas, ni se arropo con periódico viejo.
A la mañana siguiente desperté sudoroso, inquieto agarré el teléfono; marqué a mi madre e intenté platicarle. Pero ella me interrumpió y tartamudeando, presa del pánico, me dijo: —Medio pueblo corrió evitando la bruma y la espuma que se salió del río, provocaron una estampida en la que hubo muchos muertos.
El loco se oía a gran distancia, con voz de tarro, desde la estatua como presuntuoso repetía: La espuma y la bruma purgó el pueblo.
@sultanadeletras
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